Abusos y Fracasos de la TSA
Los informes de la prensa son terribles: anciana de 95 años de edad humillada; niños abusados; personas con discapacidad abusadas; hombres y mujeres víctimas de injustificadas inspecciones físicas y revisión manual de sus partes más íntimas; exposición forzada a radiación. Si los autores fueran una pandilla de criminales, su sede sería atacada por equipos SWAT y agentes federales armados. Desafortunadamente, en este caso los autores son los propios agentes federales armados. Ésta es la lamentable situación diez años después de la creación de la TSA (Transportation Security Administration: Administración de Seguridad en el Transporte).
El que se requiera que los estadounidenses sean forzados a soportar estas atrocidades para viajar en su propio país, habla a las claras del sentimiento del gobierno federal acerca de nuestras libertades. El lamentable hecho de tolerar esto no habla muy bien de nuestra voluntad para defendernos de un gobierno abusivo.
Muchos estadounidenses siguen engañándose a sí mismos al aceptar estos abusos con el pretexto de “no me importa sacrificar alguna de mis libertades por algo de seguridad”. De hecho, están sacrificando sus libertades sin obtener seguridad a cambio. La semana pasada, por ejemplo, justo después de que un anciano víctima de cáncer fuera forzado a someterse a un registro cruel y sin sentido por parte de la TSA, incluyendo la remoción de un pañal para ancianos, un inmigrante nigeriano logró darse un paseo por entre los controles de seguridad de la TSA y abordar un vuelo de Nueva York a Los Ángeles –con un ticket de embarque caducado, y robado, y una identificación de estudiante expirada como su única identificación. Fue detenido e interrogado, solo para ser liberado para que repitiera lo mismo 5 días después. No deberíamos sorprendernos de ver la ineptitud del gobierno y la indiferencia en la TSA.
En el momento que la TSA estaba siendo creada, me había opuesto a la federalización de la seguridad aérea. Como lo escribiera en un artículo en 2001:
“El Congreso debería estar privatizando, en vez de nacionalizando, la seguridad en los aeropuertos. El mercado libre puede producir, y produce, excelentes servicios de seguridad en muchas industrias. Muchas industrias con un intensivo uso de seguridad hacen un gran trabajo manteniendo la seguridad sin depender de agencias federales. Centrales nucleares, plantas químicas, refinerías de petróleo y empresas transportadoras de caudales; todas contratan fuerzas de seguridad privadas para poder operar de manera efectiva. Ninguna agencia gubernamental se preocupará jamás por la seguridad de fondo y la rentabilidad de las aerolíneas, tanto como lo harán las propias aerolíneas. Las aerolíneas no podrán ser rentables si los pasajeros y la tripulación temen volar, y en un mercado libre las medidas de seguridad cambiarían drásticamente para prevenir futuras tragedias. En el entorno regulatorio actual, sin embargo, las aerolíneas prefieren delegar toda responsabilidad por la seguridad en el gobierno, para no ser consideradas responsables por fallas en el futuro.”
Lo que necesitamos es verdadera privatización de la seguridad, no una falsa privatización con los mismos agentes de la TSA vestidos con uniformes de seguridad privada operando bajo la “guía” del gobierno federal. La verdadera seguridad se alcanzará una vez que las aerolíneas vuelvan a estar a cargo de proteger su propiedad y sus pasajeros.
Mientras tanto, esta semana presentaré la American Traveler Dignity Act (Proyecto de Ley “Dignidad del Viajero Estadounidense”), que establece que los agentes de seguridad en los aeropuertos no son inmunes a ninguna ley estadounidense concernientes al contacto físico con otra persona, a la obtención de imágenes de otra persona, o al daño físico por uso de maquinaria que emita radiación sobre otra persona. Esto significa que no estarán por encima de las leyes que nosotros debemos obedecer. A medida que seguimos viendo más y más historias escandalosas sobre los abusos y fallas de la TSA, espero que mis colegas de la Casa de Representantes escuchen a sus electores y se me unan en apoyo a esta legislación.