Bombas y Sobornos (Bombs and Bribes)
Informe Semanal 5/10/2009 – Por Ron Paul
Español: ¿Qué pasaría si mañana por la mañana uno se despertara y viera los titulares de que otra vez un bombardeo efectuado por un avión Chino teledirigido en suelo Estadounidense mató a varias docenas de rancheros de una comunidad rural mientras dormían? ¿Que una aeronave teledirigida cruzó la frontera canadiense en medio de la noche y efectuó el último de muchos ataques? ¿Qué tal si se dijese que muchas de las víctimas tenían sentimientos anti-China, pero que la mayoría de los muertos fueron mujeres y niños? ¿Y qué tal si la administración china, en un esfuerzo por mejorar su imagen pública en los Estados Unidos, aprobara un paquete de ayuda para enviar fondos para ayudar con las carreteras y escuelas americanas y promover aquí los valores chinos?
La mayoría de los estadounidenses no lo toleraría. Sin embargo, los eventos hipotéticos anteriores son similares a lo que nuestro gobierno está haciendo en Pakistán. La semana pasada, el Congreso aprobó un paquete de ayuda para Pakistán con el fin declarado de mejorar nuestra imagen y promover la democracia. Una vez más volví a presentar el punto, en la cámara del congreso, que nadie parece escuchar: ¿Qué tal si esto ocurriese en suelo estadounidense? ¿Qué tal si Estadounidenses inocentes fueran muertos en repetidos ataques teledirigidos por alguna fuerza extranjera que intentara arreglar nuestros problemas por nosotros? ¿El enviar dinero ayudaría a nuestra imagen? ¿Si otra nación cometiese este tipo de destrucción y violencia en nuestra patria, estaríamos interesados en adoptar sus valores?
Lamentablemente, una cosa que ha escapado enteramente a la política exterior estadounidense es la empatía. Sin mucha humildad ni respeto por la vida humana, nuestra política exterior se ha reducido a alternadamente sobornar y bombardear a otras naciones, todo con el fin declarado de “promover la democracia”. Pero si un país elige democráticamente a un líder que no es lo suficientemente pro-estadounidense, nuestro gobierno se rehusará a reconocerlo, impondrá sanciones sobre ellos, y posiblemente incluso apoyaría esfuerzos encubiertos por removerlo. Es evidente que no es la democracia en lo que estamos interesados. Lo más probable es que nuestro gobierno esté interesado en imponer su voluntad sobre otros gobiernos. Esta política de intervención sin fin en los asuntos de otros es muy perjudicial para la libertad y la seguridad estadounidenses.
Si realmente estuviésemos interesados en democracia, paz, prosperidad y resguardo, buscaríamos comerciar más libremente con otros países. El comercio libre y abundante es mucho más propicio para la paz, ya que generalmente es mal negocio el matar a tus clientes. Cuando los medios de subsistencia de uno están en juego, y los acuerdos comerciales son mutuamente beneficiosos, es en el mejor interés de todos el mantener relaciones de cooperación y amistad, en vez de matarse unos a otros. Pero en cambio, para obligar a otros países a que obedezcan nuestra voluntad, imponemos sanciones y barreras comerciales. Si nuestro gobierno realmente quisiera promover la libertad, los estadounidenses deberían ser libres de viajar y comerciar con quienes quisieran. Y si simplemente viéramos nuestras políticas alrededor del mundo a través de los ojos de los demás, entenderíamos cómo estas acciones nos hacen estar más en la mira, y por ende menos seguros, del terrorismo. La única respuesta es volver al libre comercio con todos y no enredarnos en alianzas con nadie. Son nuestras bombas y sanciones, y los condescendientes paquetes de ayuda, las que nos aíslan.
English: What if tomorrow morning you woke up to headlines that yet another Chinese drone bombing on US soil killed several dozen ranchers in a rural community while they were sleeping? That a drone aircraft had come across the Canadian border in the middle of the night and carried out the latest of many attacks? What if it was claimed that many of the victims harbored anti-Chinese sentiments, but most of the dead were innocent women and children? And what if the Chinese administration, in an effort to improve its public image in the US, had approved an aid package to send funds to help with American roads and schools and promote Chinese values here?
Most Americans would not stand for it. Yet the above hypothetical events are similar to what our government is doing in Pakistan. Last week, Congress did approve an aid package for Pakistan for the stated purposes of improving our image and promoting democracy. I again made the point on the floor of the House that still no one seems to hear: What if this happened on US soil? What if innocent Americans were being killed in repeated drone attacks carried out by some foreign force who was trying to fix our problems for us? Would sending money help their image? If another nation committed this type of violence and destruction on our homeland, would we be at all interested in adopting their values?
Sadly, one thing that has entirely escaped modern American foreign policy is empathy. Without much humility or regard for human life, our foreign policy has been reduced to alternately bribing and bombing other nations, all with the stated goal of “promoting democracy”. But if a country democratically elects a leader who is not sufficiently pro-American, our government will refuse to recognize them, will impose sanctions on them, and will possibly even support covert efforts to remove them. Democracy is obviously not what we are interested in. It is more likely that our government is interested in imposing its will on other governments. This policy of endless intervention in the affairs of others is very damaging to American liberty and security.
If we were really interested in democracy, peace, prosperity and safety, we would pursue more free trade with other countries. Free and abundant trade is much more conducive to peace because it is generally bad business to kill your customers. When one’s livelihood is on the line, and the business agreements are mutually beneficial, it is in everyone’s best interests to maintain cooperative and friendly relations and not kill each other. But instead, to force other countries to bend to our will, we impose trade barriers and sanctions. If our government really wanted to promote freedom, Americans would be free to travel and trade with whoever they wished. And, if we would simply look at our own policies around the world through the eyes of others, we would understand how these actions make us more targeted and therefore less safe from terrorism. The only answer is get back to free trade with all and entangling alliances with none. It is our bombs and sanctions and condescending aid packages that isolate us.
A Weekly Column – by Ron Paul