La Revolución de Internet es una revolución de libertad
Por Ron Paul
Hasta finales de 1990, las personas interesadas en la economía austríaca, la historia constitucional de los EE.UU, y la filosofía libertaria, tenían pocas fuentes de información. Debían pasar horas recorriendo tiendas de libros usados, o las últimas páginas de oscuros periódicos libertarios para encontrar las grandes obras de Mises, Rothbard, Hayek, y otros gigantes de la libertad. Las colecciones de las bibliotecas y universidades locales ignoraban la política y la economía libertaria.
Hoy, sin embargo, los grandes clásicos del pensamiento, filosofía y economía libertarias están disponibles al instante para cualquier persona con acceso a Internet. Gracias a Internet, es más fácil que nunca para los activistas de la libertad el difundir noticias y otra información con respecto a los males del poder del gobierno y de los beneficios de la libertad. Por primera vez en la historia humana, los partidarios de la libertad en todo el mundo pueden compartir información a través de las fronteras de forma rápida y barata. Sin el filtro de los censuradores del gobierno; esta información incentiva a millones de personas a cuestionar los gobiernos y a promover la libertad.
Esta es la razón por la cual aquellos a favor de la libertad deben hacer todo lo posible para oponerse, y frenar, los intentos del gobierno para censurar o limitar el libre flujo de información en línea.
Uno de estos intentos lleva el nombre de «CISPA» (Cyber Intelligence Sharing and Protection Act), Ley de Protección, Intercambio y Ciber-Inteligencia. Esta ley creará una coalición monstruosa entre corporaciones y Estado para quitarle a los ciudadanos su derecho a la libertad de expresión.
CISPA permite tanto al gobierno federal como a compañías privadas revisar nuestras comunicaciones privadas en línea sin control judicial, con el pretexto de que sólo lo hacen en nombre de la «seguridad cibernética». Pero los EE.UU. son una república, no Estado vigilante, y la ultra promocionada, a través de la propaganda, «necesidad» de seguridad no está por encima de la Constitución.
La «seguridad cibernética» es responsabilidad de las empresas que operan y hacen dinero en el ciber espacio, no de los contribuyentes. Dichas compañías deberían desarrollar soluciones basadas en el mercado para resguardar sus redes, servidores, centro de datos basados en la nube y la información de sus usuarios y clientes. El papel de la comunidad de inteligencia de los EE.UU. es proteger a los Estados Unidos de amenazas militares, no proporcionar el bienestar corporativo para el sector privado. Tal como lo hace la TSA en los aeropuertos, CISPA socializará los costos de la seguridad, y eliminará del mercado el incentivo de las firmas privadas para proteger sus propias inversiones.
Imaginen la incrustación de «agentes de seguridad» en las compañías, para servir como conducto para la información sobre sus clientes a la comunidad de inteligencia de los EE.UU. -mientras gozan de inmunidad frente a cualquier ley civil o penal existente. Imaginen a Google o Facebook reportando directamente a la Agencia de Seguridad Nacional sobre la actividad en línea de los ciudadanos estadounidenses. Imaginen los recursos del gobierno siendo desperdiciados en gran escala para «ayudar» a las empresas privadas en el mercado global. Todo esto se hará realidad bajo CISPA.
Al escribir estas líneas, la Cámara del Senado no parece estar de acuerdo sobre la versión final de CISPA. Sin embargo, el gobierno de Obama parece dispuesto a imponer disposiciones de este proyecto de ley por orden ejecutiva si el Congreso no actúa pronto.
En los últimos cinco años se ha producido una explosión en el movimiento de la libertad, alimentada en gran parte por Internet. El preservar tal libertad de expresión es esencial para que el movimiento siga su progreso. Por lo tanto, todos los que la valoran debe tener una participación en la lucha por la libertad en Internet. Debemos estar dispuestos a unirnos para luchar contra cualquier intento de aumentar el poder del gobierno a través de de la red, independientemente de las supuestas justificaciones. Tenemos que resistir a las voces tanto de la derecha política y la izquierda quienes tratan de legislar la moralidad o hacer cumplir la corrección política con la fuerza. La protección de copyright, la pornografía, el ciberterrorismo, el juego, y el «discurso de odio» no son más que excusas para hacer lo que todos los gobiernos han hecho a lo largo de la historia humana: aumentar su tamaño, alcance y poder.
Una vez que entendemos esto, entendemos el vínculo esencial entre la libertad de Internet y la libertad humana.