La Atención de la Salud es un Bien, no un Derecho (Healthcare is a Good, Not a Right)

Por Ron Paul

MédicoEspañol: El filosofo político Richard Weaver famosamente y correctamente argumentó que las ideas tienen consecuencias. Tomen por ejemplo las ideas de derechos Vs. bienes. La ley natural dice que las personas tienen derecho a la vida, la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Un bien es algo por lo que uno trabaja para obtener. Puede ser una necesidad, como la comida, pero parece ser que cada vez más “bienes” pasan a ser “derechos” en nuestra cultura, y esto tiene consecuencias problemáticas. Parece lo suficientemente inofensivo decidir que la gente tiene un derecho a cosas como la educación, el empleo, la vivienda o la atención de la salud. Pero si miramos un poco más lejos hacia las consecuencias, podremos ver que el funcionamiento de la comunidad y la economía son bástamente desestabilizadas cuando la gente acepta estas ideas.

Antes que nada, otra gente debe pagar por cosas como la atención de la salud. Esa gente tiene cuentas que pagar y familias a las cuales cuidar, tal como Ud. lo hace. Si existiese un “derecho” a la atención de la salud, se debería forzar a los proveedores de esos bienes, o a otros, a que le sirvan a Ud.

Obviamente, si a los proveedores de la atención de la salud se les considerara esclavos sin derechos de los consumidores de atención de la salud, se vaciarían rápidamente las escuelas de medicina. Mientras el gobierno continúa convenciéndonos de que la atención de la salud es un derecho y no un bien, también muy generosamente acepta intervenir como intermediario. Los políticos son muy buenos para hacer sonar como que la atención de la salud será gratis para todo el mundo. Nada puede estar más alejado de la realidad. La Administración no quiere que se piense mucho acerca de cómo serán financiados los hospitales, o cómo Ud. obtendrá algo a cambio de nada en el campo de la medicina. Se nos pide que solo confiemos en los políticos. De alguna forma todo funcionará.

La Atención de la Salud Universal nunca termina funcionando como se le hace creer a la gente antes de implementarla. Los ciudadanos de los países con una medicina nacionalizada jamás hubiesen aceptado este sistema si hubieran sabido de antemano acerca del racionamiento de la atención y de las largas colas.
Mientras los burócratas se apoderan de la medicina, los costos suben y la calidad baja, porque los médicos gastan más y más de su tiempo en trámites y menos ayudando a sus pacientes. Mientras los costos se disparan, como lo hacen siempre que los ineficientes burócratas toman las riendas, el gobierno necesitará confiscar cada vez más y más dinero de una ya naufragante economía para, de algún modo, pagar las cuentas. Como hemos visto muchas veces, cuanto mayor poder y dinero tiene el gobierno, mayor el abuso del poder. La parte atemorizante de todo esto es que el recortar costos, lo que inevitablemente harán, muy bien podría significar negar servicios vitales. Y mientras la participación será obligatoria, no habrá otras alternativas legales.

El gobierno pagará las cuentas, forzando a los médicos a bailar cada vez más al ritmo del gobierno. El tener que dejar nuestra salud en manos de esta locura e incuria burocrática es posiblemente el mayor peligro que enfrentamos. La gran ironía es que al convertir al bien de la atención de la salud en un derecho, se ponen en riesgo la salud y la libertad.

En vez de sacar aún más a la atención de la salud del mercado, deberíamos retornar a un verdadero mercado libre de la salud, uno que faculte a los individuos, no a los burócratas, a tener el control sobre su dinero destinado a su salud. Mi proyecto de ley HR 1495, Ley de Reforma Completa de la Atención de la Salud, provee de créditos fiscales y cuentas de ahorro medicas diseñadas para ése propósito.

Médico2English: Political philosopher Richard Weaver famously and correctly stated that ideas have consequences. Take for example ideas about rights versus goods. Natural law states that people have rights to life, liberty and the pursuit of happiness. A good is something you work for and earn. It might be a need, like food, but more “goods” seem to be becoming “rights” in our culture, and this has troubling consequences. It might seem harmless enough to decide that people have a right to things like education, employment, housing or healthcare. But if we look a little further into the consequences, we can see that the workings of the community and economy are thrown wildly off balance when people accept those ideas.

First of all, other people must pay for things like healthcare. Those people have bills to pay and families to support, just as you do. If there is a “right” to healthcare, you must force the providers of those goods, or others, to serve you.

Obviously, if healthcare providers were suddenly considered outright slaves to healthcare consumers, our medical schools would quickly empty. As the government continues to convince us that healthcare is a right instead of a good, it also very generously agrees to step in as middle man. Politicians can be very good at making it sound as if healthcare will be free for everybody. Nothing could be further from the truth. The administration doesn’t want you to think too much about how hospitals will be funded, or how you will somehow get something for nothing in the healthcare arena. We are asked to just trust the politicians. Somehow it will all work out.
Universal Healthcare never quite works out the way the people are led to believe before implementing it. Citizens in countries with nationalized healthcare never would have accepted this system had they known upfront about the rationing of care and the long lines.

As bureaucrats take over medicine, costs go up and quality goes down because doctors spend more and more of their time on paperwork and less time helping patients. As costs skyrocket, as they always do when inefficient bureaucrats take the reins, government will need to confiscate more and more money from an already foundering economy to somehow pay the bills. As we have seen many times, the more money and power that government has, the more power it will abuse. The frightening aspect of all this is that cutting costs, which they will inevitably do, could very well mean denying vital services. And since participation will be mandatory, no legal alternatives will be available.

The government will be paying the bills, forcing doctors and hospitals to dance more and more to the government’s tune. Having to subject our health to this bureaucratic insanity and mismanagement is possibly the biggest danger we face. The great irony is that in turning the good of healthcare into a right, your life and liberty are put in jeopardy.

Instead of further removing healthcare from the market, we should return to a true free market in healthcare, one that empowers individuals, not bureaucrats, with control of healthcare dollars. My bill HR 1495 the Comprehensive Healthcare Reform Act provides tax credits and medical savings accounts designed to do just that.

by Ron Paul