Los Recortes Presupuestarios No Tienen Sentido Sin la Transparencia de la Fed
Informe Semanal 18/04/2011 – Por Ron Paul
El Congreso se enfocó en tratar temas relacionados con el gasto público esta semana, mientras que las discusiones sobre el déficit, la deuda nacional y el límite de la deuda saturaban el aire. Este es un avance positivo. En los últimos años fue muy poca la preocupación sobre cuánto se gastaba aquí en Washington, cómo era gastado, o cuánto de nuestro Producto Bruto Interno era consumido por el gobierno. Esa bendita ignorancia resultó, naturalmente, en décadas de gasto público impune, dejándonos en donde estamos hoy: billones en deuda con astronómicas obligaciones de derecho que serán imposibles de cumplir en un futuro no muy distante. Por lo tanto, es algo bueno el que haya tanta presión política sobre nuestros líderes en este momento, para realmente ponerle freno a un gasto fuera de control.
Sin embargo, incluso la estimación más generosa del recorte presupuestario que se mencionara esta semana (U$D 38.500 millones) es un miserable 3,5% de los U$D 1,05 billones del gasto de los próximos 5 meses. Esto difícilmente hará mella en la montaña de deuda de nuestro gobierno. Peor aún, la no-partidista Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO –por su nombre en inglés: Congressional Budget Office) se hizo mano de la prestidigitación contable y recortó solo U$D 352 millones, lo que resulta ser menos del 1% del gasto. Aún así, el más pequeño recorte es mejor que los enormes aumentos de los presupuestos federales a los que nos han acostumbrado.
Por supuesto, nuestras desastrosas guerras en Afganistán e Irak ni siquiera están contempladas en este presupuesto, al ser consideradas como gastos de emergencia. Las mismas constituyen U$D 3.300 millones en gasto de un mismo período, lo que tira por la borda y descarta cualquier pequeño recorte del que los belicistas hagan alarde.
He votado en contra de la legislación que financia al gobierno por el resto de este año, y al presupuesto del año próximo porque, como en los años anteriores, el gobierno gasta demasiado en programas inconstitucionales. A pesar de toda la retórica acerca de la responsabilidad fiscal, un recorte del 0,3% no hace –por arte de magia- que el resto del gasto sea constitucional o responsable. Y, si la gente no continúa manteniendo a los políticos a raya, podemos estar seguros de que veremos enormes incrementos del gasto en el futuro.
Además del gasto del Congreso, muchos estadounidenses finalmente están prestando atención al gasto realizado por los no electos compinches de los banqueros de la Reserva Federal. Recientemente la Fed se vio forzada a revelar algunos detalles de los préstamos otorgados durante la crisis financiera de 2008, y los mismos son realmente impactantes. Matt Taibbi señala en un reciente artículo de la revista Rolling Stone que dos muy bien conectadas esposas de Wall Street se asociaron para formar una empresa de inversiones en bienes raíces, la cual obtuvo U$S 220 millones en llamados “préstamos” (dinero gratis) de la Fed. ¡Comparen este número con los U$D 352 millones en recortes presupuestarios que la CBO dice tener incluidos en el presupuesto actual! Unos meses después, una de las esposas compró una residencia personal de U$D 13,5 millones con su marido, el CEO de Morgan Stanley.
Las no electa e impune Reserva Federal reparte tanto o más dinero, de esta forma, que lo que gasta el gobierno federal y, sin embargo, apenas se le presta atención. Este es el motivo por el cual creo que la transparencia de la Fed es un paso crítico hacia la recuperación del control de la situación financiera de este país. Jamás lograremos ninguna reforma significativa mientras todas las miradas se posen sobre los llamados recortes de U$D 352 millones, al mismo tiempo que en las sombras la Fed genera “transacciones” de U$D 220 millones con amigotes de Wall Street. Por esta razón he vuelto a introducir mi proyecto de ley para Auditar a la Reserva Federal en este Congreso. El proyecto de ley HR 1207 ahora se llama HR 459, y es esencial para una verdadera reforma fiscal responsable.