Reconociendo la Realidad Económica
Informe Semanal 25/04/2011 – Por Ron Paul
La semana pasada, los mercados financieros se vieron enturbiados por el anuncio de Standard & Poor’s sobre el cambio de calificación de la salud fiscal estadounidense de “estable” a “negativa” en los próximos dos años. La administración calificó esta decisión como política. Sin embargo, lo único que parece político en esta decisión es el hecho de que les haya tomado tanto tiempo. El Washington Post informó recientemente que la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro pusieron una enorme presión sobre S&P para que no hiciera esto. No obstante, si S&P basara sus calificaciones en las presiones políticas, en vez de en la realidad económica, dejaría de tener relevancia alguna para la comunidad empresarial. Incluso si S&P retrasara su anuncio de que el mercado de bonos del gobierno de los EE.UU. se verá degradado, en algún momento se volvería obvio que las finanzas de este país están fuera de control, y que nuestros líderes están desconectados de la realidad. Standard and Poor’s perdería toda credibilidad si siguiese calificando a la deuda estadounidense como “AAA”.
Standard and Poor’s señaló en su anuncio que las negociaciones entre los líderes políticos en Washington no fueron prometedoras, y expresó su escepticismo en cuanto a la posibilidad de que dichos políticos puedan llegar a un acuerdo para un recorte presupuestario. Por supuesto, esto ha sido obvio por años, pero en medio del actual debate sobre el aumento del límite de la deuda quizás sea la señal de alarma que Washington necesita. Por décadas funcionarios del gobierno y políticos han sido capaces de sostener su negación acerca de nuestra verdadera situación financiera, emparchando el sistema con leyes de emergencia y financiación suplementaria, emitiendo más deuda, y permitiendo que la Reserva Federal y acreedores extranjeros empapelen los déficits con más expansión monetaria. He dicho muchas veces que el verdadero día de ajuste de cuentas vendrá cuando los trucos fiscales y monetarios ya no funcionen, y ya no hayan compradores de nuestra deuda.
Incluso el presupuesto más conservador propuesto por los líderes del partido Republicano requiere que el techo de la deuda sea subido a unos adicionales U$D 9 billones para el año 2021. Esto demuestra a las claras que nadie en el poder, en este momento, tiene intención alguna de ocuparse de nuestros problemas de gasto o de pagar la deuda. Simplemente esperan seguir pidiendo préstamos e incurrir en más deuda para siempre, sin límite alguno. Sí, siempre sueñan con que nuestro dólar seguirá teniendo valor sin importar cuántos imprimamos. Este es un sueño ignorante e ingenuo. Les garantizo que aquellos que compran nuestra deuda no son tan ignorantes o tan ingenuos como para seguir con esta farsa para siempre.